Katary se inspira en esas cuatro líneas escritas por una madre para su hijo. Permite reflexionar sobre el amor incondicional en el que la muerte no respeta edad, color, etnia ni ningún tipo de diferencia. Si la meta como seres humanos es tener una muerte digna, ésta puede ser dulce o aterradora, por esta razón sólo al morir se sabrá que hay al día siguiente. En las comunidades kichwas, la muerte es vista como una celebración, en la que se baila, se juega, se come y se despide al muerto con alegría, donde toda una comunidad acompaña en el dolor, pero tomando en cuenta que el mañana es el nuevo comienzo de una herencia que dejaron los antepasados. La obra celebra la muerte de un niño, Katary que significa levántate; no es solo un nombre o una palabra, es una historia real de Curi Cachimuel y su hijo Katary quien crea el tema dedicado a su hijo y a la vez es una inspiración para ser interpretado con movimientos que expresan la tristeza y alegría de separarse y reencontrase con él. Katari también fue un guerrero un revolucionario indígena que luchaba por la justicia y la opresión de los españoles, es por eso que al tejer ideas, pensamientos, ideologías y sentimientos se logra crear KATARY, cobijando la Muerte.